A menudo pensamos que tras nuestras vacaciones estivales se acabó lo que se daba, volvemos a la rutina y caemos en cierto letargo mirando hacia nuestro próximo viaje, ¿quizás a final de año?, y entre viaje y viaje nos olvidamos del VIAJE que hacemos cada día, cada minuto, en cada encuentro, el viaje de la vida, ése que realmente nos marca y nos transforma, es el viaje en el que podemos tomar conciencia de nuestro potencial, descubrirnos como exploradores de nuestro entorno, sin caer en repeticiones de patrones que solo hacen que limitar nuestra existencia, hacer un viaje consciente desde y hacia nuestro interior no tiene fecha.
La creciente demanda de psicoterapia pone de manifiesto una mayor conciencia de la importancia de este viaje vital y también abre las puertas a nuevas formas de plantear un acompañamiento alternativo, desde las terapias basadas en el ate: movimiento, biodanza, teatro, música, etc. es decir, herramientas para explorar sintiendo, transgrediendo personajes autoimpuestos.
En este sentido el Arteterapia es un método de sanación que utiliza herramientas y procesos creativos como medio de sanación emocional y social. Al trabajar con un medio no verbal, permite el acceso directo al inconsciente, amplía la posibilidad de elaborar contenidos a los que no es posible llegar desde otras vías. Especialmente en casos en los que la capacidad de relación y la comunicación verbal es difícil o están dañados. Es un instrumento de gran utilidad en casos de daños del lenguaje o en el hemisferio izquierdo, en la parte racional del cerebro, ya que se trabaja desde el hemisferio derecho es decir desde lo no analítico, lógico o racional. En Arteterapia nos servimos de un lenguaje más allá de lo puramente mental y ello es interesante, tanto para personas sanas que buscan potenciar otros niveles de la existencia , como para personas con problemas como neurosis, autismo, con shocks o traumas, muy retraídas o con problemas para comunicarse.
Trabajar con las personas mediante el arte es hacerlo con lo simbólico, es decir no se aborda el conflicto directamente sino a través de símbolos, del arte (la pintura, la arcilla, la danza, el teatro, la fotografía, el collage, la música, la escritura, etc. ). Así, las resistencias habituales a tocar lo doloroso, lo inconcluso, lo que no se quiere ver, disminuyen, porque quien está en un proceso de arteterapia siente que está jugando o creando, no yendo directamente al conflicto. El arteterapeuta logra ir a lugares difíciles del paciente de manera sencilla, fluída. No interesa el objeto bello ni la contemplación de lo estético en sí misma, sino el proceso creador por el que la persona -a través de herramientas artísticas como, pintar, bailar, cantar, escribir, interpretar, modelar, etc.- conecta con la parte de sí menos vista y también menos condicionada socialmente, y lo expresa, es decir, hace una salida emocional y lo simboliza.
Además del tratamiento de conflictos, el arteterapia es una herramienta de crecimiento personal en el sentido más existencial o espiritual. Trabajar con el inconsciente entraña hacerlo con el nivel más íntimo, existencial, con la búsqueda personal más profunda, con el sentido de vida, que se expresa a través del arte y que conecta también con el inconsciente colectivo, con las imágenes primordiales. Es muy potente en el aspecto de crecimiento personal porque se trabaja con el juego simbólico –no lógico o racional- y en grupo, donde se comparte y se establecen vínculos de relación más sanos que el mundo social convencional en el que estamos inmersos. En el caso de actividades en grupo, en él se comparte, sus miembros se vinculan entre sí a través del juego y desde el plano más esencial de la personalidad, el juego nos conecta desde aspectos más puros o más infantiles, si se quiere.
También resulta de enorme utilidad para los artistas en situación de bloqueo. Y finalmente se puede desarrollar también para aquellas organizaciones o empresas de cualquier actividad, que quieren dar un salto en el plano de la creatividad o innovación.
Hay mucho sufrimiento y estamos muy necesitados de llevar una vida más auténtica, más relacionada con quienes somos que con lo que nos dicen que tenemos que ser, o como se supone que hay que vivir hoy para tener coche, casa, o sobrevivir a la crisis, pero, ¿sólo te lo vas a plantear en tus vacaciones de verano?, quizás este es uno de lo retos que se nos plantea, encontrar espacios y personas que nos acompañen en un viaje vital, que no toma vacaciones.