¿El corazón piensa?
¿El corazón procesa información?
Para responder a estas preguntas debemos de tener en cuenta a la Inteligencia Metafísica Cuántica del Corazón.
Hola!!!, soy vuestro corazón, y os quiero explicar que recientemente se ha descubierto que, cómo corazón, tengo memoria cuántica, siento, pienso, y ya se empieza a hablar de mí como el segundo cerebro del ser humano. Contengo unas 40.000 neuronas, una compleja red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Además, mi campo electromagnético llega a una distancia de unos cuatro metros alrededor y genero ondas de luz que constituyen la principal fuente de información sobre la cual el cuerpo y el cerebro construyen la red neural y la percepción del mundo.
Es decir, que desde la neurocardiología se trabaja en base a la comunicación neurológica existente entre corazón y cerebro, y se ve que ya no soy tan solo un sofisticado músculo que bombea sangre en el sistema circulatorio humano como función biológica, sino que incluso se puede afirmar que recibo y analizo a nivel cuántico cierto tipo de información con mayor rapidez que la propia corteza cerebral.
Gracias a mis tan elaborados circuitos, parece que puedo tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro, y puedo aprender, recordar e incluso percibir de mi entorno y experiencias.
Todo esto lo ha afirmado, entre otros, la investigadora Annie Marquier, autora de varios libros, y fundadora del Instituto para el Desarrollo de la persona de Québec, la cual ha pasado la mayor parte de su vida investigando sobre la conciencia.
Según afirma, el corazón se comunica con el cerebro a cuatro niveles:
Neurológico: A través de impulsos nerviosos.
Bioquímico: A través de neurotransmisores y hormonas.
Biofísico: Mediante ondas de presión.
Energético: Mediante el campo electromagnético del corazón que es 5.000 veces más intenso que el del cerebro.
Además, experimentos de laboratorio demostraron que cuando una persona conoce a otra y se siente cómoda y a gusto, sus corazones se sincronizan latiendo al unísono.
De la misma forma, si una persona conoce a otra y se siente incómoda, sus corazones se encuentran totalmente fuera de sincronía y laten en ritmos dispares.
A modo de ejemplo empírico, contamos con la siguiente prueba:
Mi mascota y yo
Se trata de una prueba realizada a una persona y su mascota. Estando los dos monitoreados por intermedio de electro cardiógrafos que median sus ritmos cardíacos se observó que:
- Cuando la persona y su mascota se encontraban en lugares diferentes, las ondas cardíacas visualizadas se observaban totalmente disímiles
- Cuando la persona y su mascota se encontraban en un mismo lugar, las ondas cardíacas visualizadas se observaban ligeramente iguales.
- Cuando la persona y su mascota comenzaban a interactuar, jugando y mimándose entre sí, las ondas cardíacas visualizadas se observaban parejas, armónicas e iguales.
Es decir, tal vez podemos pensar y empezar a sentir que el amor del corazón no es tan solo una emoción, realmente es un estado de conciencia inteligente, con lo que nos puede convenir sentir y pensar más desde el corazón que no pensar y analizar tanto con la razón. La razón, por tanto, necesita de la información de la emoción.
Ahora, qué le quieres decir a tu corazón…
…y que te está diciendo él a ti…
Pienso…o mejor, Siento mi esencia, luego existo !!!
Gracias
xavi martí
Impresionante. Coincide con «las corazonadas» que uno tiene a veces y no sabe dar razones de ellas, simplemente las tienes, y luego ocurren tal cual.
Es una maravilla saber de estas investigaciones en el campo de la neurociencia y de la energía cu{antica.